Tala clandestina devasta al Bosque de Agua en la CDMX; arrasan con hasta 400 árboles al día

Talamontes arrasan con hectáreas de bosque para llevar la madera a aserraderos clandestinos en el sur de la CDMX.

La tala ilegal en los bosques del sur de la Ciudad de México avanza entre la clandestinidad y la inacción de las autoridades que poco o nada han hecho para evitar la devastación de más de tres mil hectáreas en los últimos cuatro años, una superficie que es casi cuatro veces la extensión del Bosque de Chapultepec.

De acuerdo con pobladores de las alcaldías Tlalpan, Milpa Alta y de la comunidad de San Juan Atzingo en el Estado de México, los “talamontes” cortan en promedio 400 árboles diarios y, según sus estimaciones, desde 2019 arrasaron con cerca de 200 mil ejemplares de pinos nativos del Bosque de Agua.

Especialistas como Bernardo Bolaños, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), experto en derecho ambiental y sustentabilidad, señalan que la tala inmoderada en esta zona provoca un daño ecológico que no solo afecta a una de las zonas más diversas del país; sino que daña a uno de los principales pulmones de la capital y atenta contra los 10 acuíferos de la megalópolis que, en el caso de la CDMX proveen cerca del 70% del agua potable que se consume.

“Esto está desertificando el territorio nacional y algunos de estos bosques que podrían resistir más el cambio climático, con la tala van a desaparecer más rápido, o van a desaparecer cuando no iban a desaparecer, iban a resistir y no lo van a hacer porque la tala ilegal reduce su resiliencia”.

Este 17 de junio, las autoridades capitalinas se reunieron con comuneros de Tlalpan y de Milpa Alta para abordar la problemática de la tala ilegal, un día después de que los ejidatarios bloquearon por horas la carretera federal y la autopista México-Cuernavaca para que se atendieran sus demandas. Tras la reunión, el jefe de Gobierno de la CDMX, Martí Batres, aseguró que “de la reunión derivaron acuerdos y operativos conjuntos”.

Sin embargo, no es la primera vez que los comuneros piden la intervención de las autoridades para abatir la tala ilegal. Según el comisariado de Bienes Comunales San Miguel Topilejo, en los últimos años se presentaron cerca de 200 denuncias sin respuesta oportuna ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa); la alcaldía Tlalpan; así como en la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema).

Pese a que el gobierno capitalino ha implementado operativos contra talamontes y aserraderos clandestinos, no se ha logrado contener está práctica en la que se involucra el crimen organizado. En julio de 2022, la entonces jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, reconoció la problemática; pero negó que la tala ilegal estuviera relacionado con organizaciones dedicadas al tráfico de drogas como ocurre en otros territorios del país.

Sin embargo, los comuneros denuncian que poco pueden hacer ante la presencia de talamontes armados y especialistas como Bolaños sostienen que grupos ligados al narcotráfico se involucran en la tala ilegal al caérseles otros negocios como el huachicoleo –como ocurrió en San Miguel Topilejo– y proliferan, pues los esfuerzos gubernamentales no priorizan el combate contra la tala inmoderada.

“Se podría hacer mucho más. Cada vez que compras madera podría estar certificada, pero eso no hay en México porque no le interesa el gobierno, no tiene esa prioridad. Al contrario, parte de sus programas forestales incrementan la tala legal; pero no están combatiendo la tala ilegal y, además, el narcotráfico se está metiendo en este negocio porque otros se le caen”.

El Bosque de Agua se extiende en más de 235 mil hectáreas de árboles y pastizales en los estados de Morelos, Edomex y la CDMX, donde el Ajusco, Topilejo y Milpa Alta concentran cerca de 30 mil hectáreas. En este sentido, Bolaños explicó que el cuidado de las zonas boscosas no corresponde a solo una entidad, sino que se debe abordar de manera conjunta.

“La materia ambiental es de todas las instancias y se podría crear una coordinación metropolitana de los tres estados (Morelos, Edomex y CDMX) para la protección del Gran Bosque de Agua y el Corredor Biológico Ajusco-Chichinautzin, como se juntan para la calidad del aire, y tomar acciones mucho más contundentes”.