Los hechos ocurrieron en la ciudad sagrada chiíta de Karbala, donde los manifestantes escalaron las barricadas de concreto que rodean el edificio del consulado, reemplazaron la bandera de Irán por la de Irak y prendieron fuego en la parte inferior de la pared.
Los elementos de seguridad pública dispararon al aire para dispersar a las masas, según los medios, el personal iraní logró escapar por la salida trasera del inmueble.
Los hechos ocurren días después de que Baghdad fuese azotada por una oleada de manifestaciones anticorrupción durante la semana pasada.