Desde un pequeño estudio de radio en Doral, un suburbio de Miami, un popular periodista venezolano le increpó a uno de los demócratas más famosos de Florida sobre un tema sensible: el socialismo.
El periodista, Julio César Camacho, le hablaba a Andrew Gillum, quien perdió las elecciones para gobernador de Florida por escaso margen el año pasado, diciéndole que votantes de mayor edad lo asocian con socialistas. Gillum acusó a los republicanos de tratar de manipular “las sensibilidades” de los latinos en Florida.
Para nadie es secreto que este programa es financiado por el Partido Republicano, y esto sólo el inicio de una campaña sucia de Donald Trump para ganar el voto latino en Florida, uno de los estados más importantes.
El presidente Donald Trump y sus allegados insisten en acusar a los demócratas de izquierdistas y anticapitalistas sabiendo que tales palabras evocan imágenes de corrupción y pobreza.
En una conferencia de prensa hace pocos días Trump incluso se mofó al decir que “hay rumores” de que el Partido Demócrata está considerando cambiarse el nombre el “Partido Socialista”. En junio, el vicepresidente Mike Pence visitó Miami para lanzar una iniciativa apodada “Latinos for Trump” y criticó a los aspirantes a la candidatura presidencial demócrata.