El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, encabezó este lunes el acto por el Día de la Independencia, que fue menos rimbombante que otros años debido a la pandemia de la COVID-19, que ya ha causado cerca de 127.000 muertes en el país.
El acto, que duró una media hora, reunió a todos los ministros del Gobierno, altos jefes militares y cerca de 500 personas frente al Palacio de la Alvorada, residencia oficial de la Presidencia, donde fue izada la bandera nacional y hubo una breve presentación de una escuadrilla de aviones acrobáticos.
Bolsonaro llegó al lugar en un Rolls Royce “Silver Wraith” sin capota, que fue donado a Brasil por la reina Isabel II de Inglaterra en 1953, acompañado por su hija Laura, de 9 años, y otros niños.
Como es usual, el líder de la ultraderecha brasileña se acercó a los asistentes una vez que concluyó la ceremonia, saludó a muchos, posó para fotografías e ignoró las medidas de prevención que impone el coronavirus, que el mandatario sufrió en julio pasado y del que ya está plenamente recuperado.