Familiares viajan hasta 10 horas con la esperanza de encontrarlos ante el hallazgo de piezas de embarcaciones.
La esperanza de encontrarlos los mueve, la fe sigue siendo el motor que los hace no parar la búsqueda, incluso si hay que viajar hasta 10 horas en auto para saber de su paradero.
Son familiares de marineros desaparecidos que se han trasladado a 850 kilómetros del puerto de Acapulco ante la información y hallazgo de algunas partes de embarcaciones que posiblemente fueron destruidas la noche del 24 de octubre durante el paso del huracán Otis.
Erick Leiro Pacheco, se desplazó hasta Puerto Ángel, Oaxaca para buscar a su padre Leonardo Leiro Cabañas, de 61 años, capitán de la embarcación Tourbillón que desapareció el día del impacto del fenómeno natural en las costas guerrerenses.
“Te seguiré buscando, sea por cielo, mar y tierra, hasta encontrarte. Me haces tanta falta, pero tengo mucha fe en que volverás a estar con nosotros”, escribió Erick Leiro este 28 de noviembre a las 4 de la tarde, en una de sus redes sociales.
Junto a él, le acompañaron Yadira Rivera Barrera, madre de Alex David Pérez Rivera de 25 años, quien tenía apenas una semana laborando y también se encontraba en la embarcación. En la búsqueda también incluyen a Marco Antonio Cipriano, de 32 años de edad, quien se encontraba en la tripulación.
En tierras del Estado vecino, emprendieron lo que llamaron “Comitiva de Búsqueda Familiares de Embarcación Tourbillón” acudiendo a poblados como Ventanilla, San Agustín de las flores, Coyula, Zapotengo, Cuhatunalco, Chacahuita, Laguna de San Isidro, Agua blanca, Roca blanca, Laguna de Manialtepec, Chacahua y Azufre, así como en la Costa Grande de Guerrero.
A bordo de dos autos color rojo, con imágenes de los rostros de los tres tripulantes de la embarcación recorren las comunidades y colocan fichas de búsqueda, con cinco números de teléfono en caso de que alguien tenga alguna señal de su paradero.
Para ellos estas acciones de búsqueda son de tiempo indefinido y solicitaron una vez más, mayor atención de las autoridades encargadas de la localización pues “ni nos voltean a ver”, fueron las palabras del hijo del marinero que lleva más de un mes sin ver a su padre.