Científicos de la UAEMéx estudian especies comestibles de hongos para comercializar

Con este proyecto, han logrado identificar entre 270 y 280 especies de hongos en el Estado de México.

Con la identificación de 270 especies distintas de hongos, científicos de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) buscan identificar especies que sean comestibles en distintas latitudes de la entidad mexiquense y elaborar una base de datos que sirva tanto para la investigación, el comercio y la población en general.

La encargada de comandar a este equipo de especialistas es Cristina Burrola Aguilar, responsable del Laboratorio de Micología de la autónoma mexiquense, quien destacó que desde hace varios años han trabajado en este ejercicio que les ha permitido contabilizar hongos que se consumen en distintos puntos del estado.

Explicó que este trabajo tiene que ser regionalizado porque la geografía estatal cuenta con condiciones distintas que favorecen el crecimiento de algunas especies que eventualmente son vendidas por productores.

En este caso, subrayó que la base que tienen en esta investigación es el conocimiento tradicional, ya que una vez que visitan los mercados, ubican los puestos de hongueras, toman muestras y las analizan.

Las investigaciones han generado distintos descubrimientos que tienen múltiples aplicaciones. Los investigadores de la autónoma mexiquense cuentan con distintas herramientas, técnicas y laboratorios, que les han permitido mezclar tanto el origen tradicional de los hongos, con lo progresista de la ciencia.

Gabriela Rodríguez Gómez-Tagle estudia hongos de la zona del Valle de Toluca, específicamente de la región de Calimaya, los cuales se asocian con los árboles “abies religiosa”, comúnmente conocidos con oyamel.

Por su parte, María Fernanda Flores Inés, de la licenciatura en Biología, explicó que ella ha trabajado con esporas de hongos que por su propia naturaleza son una alternativa a los insecticidas.

En el caso de Tenancingo, un municipio floricultor, estas especies sirven como una alternativa fungicida y que a su vez se vería traducida en un beneficio productivo y económico para los floricultores.

Básicamente, identificó que hay hongos que son resistentes a fungicidas y que por su tamaño, les permitirá abonar en los cultivos y disminuir el daño en plantas.

Sergio Salgado Medina, de la licenciatura de Biotecnología en la UAEMex, explicó que en su caso particular, estudia un hongo comestible de color rojo que recibe el nombre de russula. Advirtió que tiene propiedades útiles para la medicina tradicional y moderna a partir de su tratamiento y consumo.

Con este proyecto, han logrado identificar entre 270 y 280 especies de hongo en el Estado de México, la mayoría de ellos comestibles y que están disponibles a la mano de distintas comunidades originarias. Ello no deja que incluso, en esa travesía, hayan descubierto nuevas especies en territorio estatal.

Burrola Aguilar afirmó que continuarán con la construcción de base de datos de estas especies, pero sobre todo generarán las condiciones para que estos hongos sean estudiados, preservados, producidos y en casos necesarios, protegidos.

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