Por Luis Pinal Da Silva
La situación en México cada vez es más compleja, a pesar de que se diga, en el ámbito político, que los partidos se han puesto de acuerdo para lanzar a sus abanderados en pos de la Presidencia de la República.
Hay que observar que en la ruta al proceso electoral para 2024, se decidirán 20 mil cargos de elección popular como presidente de la República, las cámaras de Senadores y Diputados federales; nueve gubernaturas (Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz, Yucatán y la Ciudad de México); 16 alcaldías en la capital del país; mil 580 ayuntamientos y 31 comicios estatales concurrentes.
De hecho estamos a dos días ya del inicio oficial de las elecciones 2023-2024.
Por lo que toca a la presidencial, los seis aspirantes o “corcholatas” de Morena y aliados cerraron sus “asambleas informativas”. Una especie de mascarada para pintarle caracolitos a las leyes, porque en la vida real son campañas.
Y fue a partir de este lunes que iniciaron las labores demoscópicas (una interna y cuatro para hacer trabajos espejo que realizan encuestadoras externas) para dar los resultados el 6 de septiembre.
Los 70 días de recorridos de Claudia Sheinbaum Pardo, Marcelo Ebrard Casaubón, Adán Augusto López Hernández, Ricardo Monreal Ávila, Manuel Velasco y Gerardo Fernández Noroña sirvieron para apreciar que, a pesar de los llamados de unidad, hay fracturas y denuncias entre ellos.
En el terreno de enfrente, el Frente Amplio por México llega a la última etapa de su selección con dos mujeres, ambas senadoras, ambas de origen indígena, ambas profesionistas reconocidas: la panista Xóchitl Gálvez Ruíz y la priísta Beatriz Paredes Rangel.
Quienes buscan representar a la sociedad, más que a los partidos políticos – aunque precisan de sus estructuras – participaron en Foros Regionales y recorrieron el territorio nacional, al menos lo hizo la albiazul.
En el camino se quedaron Enrique de la Madrid, no favorecido por la primera encuesta, y Santiago Creel, quien declinó a favor de Xóchitl.
La encuesta, instrumento de la investigación científica, tiene ahora una actividad fundamental en la definición que tomarán los partidos políticos en la selección de sus candidatos a la presidencia de la República.
Unos le llamarán coordinador de la defensa de la 4T y la oposición lo define como responsable de la construcción del Frente Amplio por México.
El caso es que todos jugaron a desafiar la ley, a instancias del Presidente de México, quien en eso de hacer lo que le da la gana, no tiene empacho.