Por Luis Pinal Da Silva
Chapulines, tránsfugas, camaleones, veletas, traidores, son algunos de los calificativos para los políticos que andan saltando de partido en partido con tal de mantener un cargo público, en un fenómeno constante, que se replica cada tres o seis años – dependiendo de la elección que se trate – y que buscan justificar con su “amor a la Patria”.
Y es que, aunque adelantada, la temporada de chapulines llegó y parece que con más sorpresas de las que podrían esperarse.
Primero hay que hablar del senador Jorge Carlos Ramírez Marín, considerado uno de los grandes parlamentarios del país – aunque casi siempre llegó al poder por la vía plurinominal -, uno de los priistas más institucionales (ajá) que ha argumentado en contra, prácticamente todas las reformas de la cuarta transformación, quien apoyó la toma de tribuna en abril pasado pero, de pronto, decidió, en un día, abandonar su militancia en el PRI y pasarse al oficialismo a través del Partido Verde Ecologista para buscar una candidatura.
El yucateco tenía muy claro que su partido no le daría la candidatura para buscar la gubernatura en Yucatán, porque esa le corresponde al PAN a través de Renán Barrera, personaje que le arrebató la presidencia municipal de Mérida hace tres años y con quien ha tenido un conflicto permanente.
Sin embargo, lejos de cerrar filas con el Frente Amplio en pro de su estado y demostrar su fidelidad espartana, decidió pasarse a la 4T.
Lo que no espero, no midió, o nadie se lo dijo, es que la respuesta de los morenistas era batearlo.
Ramírez Marín no logró entrar a la encuesta por una razón muy simple: a los militantes yucatecos no les gustó que un personaje que un día antes era priista y, de pronto, decidió que ya no lo era más y pasó a ser de la cuarta transformación.
El yucateco tiene encendida una veladora, luego de que le prometieron que será la propuesta que haga el Partido Verde al Comité Ejecutivo Nacional de Morena para entrar a la encuesta y elegir al virtual candidato en esa entidad.
Hay que advertir que la salida del yucateco de la bancada priista no afectará el número de senadores de ese instituto, porque la legisladora del grupo plural y quien llegó a su escaño por el Partido del Trabajo, Nancy de la Sierra, podrá sumarse al PRI y con ello buscar la candidatura para la gubernatura de Puebla.
Pero Jorge Carlos no será el único ex priista que se pase al oficialismo, todo parece indicar que en los próximos días, el ex gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas, conocido como “el chapitas”, también estará en las filas del PVEM y para ello el oriundo de Ecatepec se ha dado a la tarea de apoyar todo lo que envía Morena a la Legislatura.
Ello quizá sea su tabla de salvación para no caer en la cárcel por los desfalcos que dejó a su paso como gobernador mexiquense.
Pero esos no son los únicos chapulines, también esta semana conoceremos las renuncias de diversos funcionarios de la 4T que dejarán sus actuales cargos con tal de participar en las encuestas internas de Morena en sus estados.
Algunos participan con la convicción de que ganarán y encabezarán la elección; pero otros, como el subsecretario Hugo López-Gatell, están dentro de la contienda aun sabiendo que tiene poca esperanza de ganar, pero en busca de un premio de consolación que le permita tener fuero, no vaya a ser que el próximo Gobierno revise de forma escrupulosa el manejo de la pandemia de Covid-19 en el país.