La moneda culminaba su tercera jornada consecutiva de pérdidas, con un retroceso acumulado de un 4.2%.
La moneda mexicana se depreció con más fuerza que sus pares latinoamericanas, golpeada por crecientes preocupaciones de una posible recesión de la economía estadounidense que propiciaron amplios movimientos de aversión al riesgo.
En medio de la ola de liquidaciones en los mercados globales, el yen japonés alcanzó máximos de siete meses, llevando a los operadores a deshacer transacciones de “carry trade”, uno de los factores detrás de un sostenido fortalecimiento del peso que se prolongó hasta hace poco tiempo.
El peso mexicano cotizaba en 19.3760 por dólar casi al final de los negocios, con una depreciación de un 1.12%, recortando gran parte de las fuertes pérdidas de hasta un 4.6% que sufrió la noche del domingo, cuando superó brevemente la barrera de 20 unidades, un nivel no visto desde octubre de 2022.
“Hacia el ‘overnight’, esperaríamos que el peso oscile en un rango entre 19.10 y 19.83, considerando la tendencia actual del peso, el nerviosismo de los mercados y una agenda económica bastante modesta mañana”, dijo Monex Grupo Financiero, en una nota de análisis.
La moneda culminaba su tercera jornada consecutiva de pérdidas, con un retroceso acumulado de un 4.2%, después de conocerse el jueves que la actividad manufacturera de Estados Unidos cayó a su nivel más bajo en ocho meses y un débil reporte el viernes del mercado laboral.
México es particularmente sensible al panorama sobre la economía de su vecino del norte, que es su principal socio de negocios y el destino de más de un 80% de sus exportaciones.
El peso ha estado bajo fuerte presión desde las elecciones presidenciales de junio cuando la aplastante victoria del oficialismo abrió la puerta a una polémica reforma al sistema de justicia que hace temer por el ambiente de negocios en el país latinoamericano.
Desde entonces, el peso acumula una pérdida de un 14%, golpeado también por preocupaciones en torno a las próximas elecciones en Estados Unidos.
