El objetivo principal es detener la tala clandestina y aumentar las detenciones de talamontes y grupos delictivos.
A partir de este lunes se puso en marcha un operativo para combatir la tala ilegal en zonas de conservación y áreas naturales protegidas del Ajusco y San Miguel Topilejo, mediante la instalación de bases de vigilancia con autoridades federales, informó la directora de Medio Ambiente, Fomento Económico y Desarrollo Sustentable de Tlalpan, Rosalba Hernández.
El objetivo principal, señaló, es detener la tala clandestina y aumentar las detenciones de talamontes y grupos delictivos que han afectado alrededor de 300 hectáreas naturales en dichas zonas, por lo que se redoblarán los operativos.
Así como “reducir el transporte y comercio de madera, y cesar los enfrentamientos entre pobladores y comuneros afectados”, por lo que serán desplegados más de 200 elementos en diversos puntos de dichas zonas, adelantó.
Destacó que, gran parte de la madera extraída de Topilejo se dirige a la zona oriente de la ciudad, Milpa Alta, Xochimilco y parte de Morelos; mientras que, el 15 por ciento de la madera extraída de Ajusco termina en aserraderos y madererías locales.
El año pasado se presentaron 23 denuncias ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y se implementó la campaña “Evítala” para abordar esta problemática.
Ahora, la estrategia incluirá el despliegue colaborativo de la Guardia Nacional, el Ejército, el Gobierno de la Ciudad de México, Profepa y la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural, y la instalación de tres bases y campamentos de vigilancia, en diversos puntos como Parres y La Placa, con aproximadamente 70 elementos por base.
Se trabajarán también capacitaciones con la Fiscalía General de la Ciudad de México para afinar mecanismos que eviten la pronta liberación de detenidos y la diversificación de sus delitos.
Mencionó que, pese a las limitaciones, la Alcaldía refrenda su compromiso con comuneros, ejidatarios y pobladores para mantener un territorio seguro, responsable y consciente de las repercusiones medioambientales de la tala clandestina.