LA PIEDRA EN EL ZAPATO

Por Luis Pinal Da Silva

Sin duda alguna, Guadalupe Taddei Zavala, consejera presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), es a la democracia como “la piedra en el zapato”.

Si bien su nivel académico es de buena factura, no lo es su nexo con Morena y la cercanía de ella y su inmensa prole, con el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ergo, ello genera dudas razonables sobre su actuar y aunque ella afirmó desde el momento en que por “tómbola” llegó a encabezar el organismo electoral, que es imparcial, cada día se acrecienta la desconfianza.

Cierto, dice el dicho “palo dado, ni Dios lo quita” y será muy utópico pensar que en el recuento de votos que inició este miércoles, se pueda revertir el triunfo de la candidata oficialista, pero lo que si es dable es que se pueda revertir el impacto en el Congreso de la Unión y en algunas entidades.

Hay que mencionar que, para que se realice un recuento del total de las casillas instaladas, de acuerdo con el ordenamiento se requiere que la diferencia entre el primero y el segundo lugar en la elección sea igual o menor al 1 por ciento.

Y si bien no es así, ante las dudas por este nexo guinda con Taddei, el árbitro electoral recontará los votos en el 60% de las casillas instaladas el domingo pasado.

Es decir, que se abrirán los paquetes y se revisarán las actas en por lo menos 102 mil 338 casillas.

El INE dijo que “detectó’’ algunas “inconsistencias’’ entre lo reportado en las actas y lo que se registró en el PREP, de cuyos resultados dependió la proyección que hicieron los matemáticos la noche del domingo.

De hecho, quienes lo detectaron primero fueron los ciudadanos, que empezaron a exhibir esas “inconsistencias” entre lo que se votó y lo que trata de avalar el INE de Taddei.

No se conoce cómo serán seleccionadas las casillas a revisar, ni cuáles serán los criterios para seleccionarlas, y ahí radica el problema, puesto que en un intento más de fortalecer al régimen, son capaces de hacerlo con aquellas casillas donde Morena ha impugnado.

Quejas hubo en todo el país, pero no sería lo mismo recontar los votos y revisar las actas de Chiapas que las de la CDMX, o de Aguascalientes y Nuevo León.

El INE precisó que las inconsistencias están lejos de justificar la retórica del fraude, pero sí se espera que, si se hace bien el conteo y se eligen a las casillas representativas de todo el país, haya cambios en los porcentajes de votos obtenidos por partidos.

Ello bastaría para que se modificara igualmente el reparto de diputaciones federales y senadurías y evitar que la democracia, incipiente, con fallas, pero democracia al fin, se desmantele en aras de constituir un régimen autoritario que, de acuerdo al talante de la candidata presidencial ganadora, no tardaría en darse.

Este miércoles inició el conteo de las actas distritales que arrojará un resultado primario que deberá ser ratificado o corregido con el conteo que hará el INE en esas 102 mil 338 casillas.

Habrá que esperar, pero si de esto no se logra un cambio, empecemos a despedirnos del México que, con sus yerros y problemas, con sus políticos del PAN y del PRI ladrones, con los esquiroles naranjas y verdes, era un país libre de dictadores, oportunistas y cínicos de cuatro suelas.