Una selección mexicana llena de dudas, que carece de ideas y formas para convencer a la afición.
Parece cuento de nunca acabar, las ilusiones que sembró el tricolor con su triunfo ante Nueva Zelanda parece que se acabó muy rápido. En este partido que sostuvo ante la selección de Canadá donde empató a cero goles en Arlington, Texas.
Pero se volvió a demostrar que la afición ya está cansada, mostrando su descontento con una pobre entrada que no rebasó los 30 mil aficionados.
El héroe del partido resultó ser el portero del América, Luis Ángel Malagón, siendo la clave para que la selección nacional pudiera lograr el empate; en el primer tiempo realizó una atajada que impidió la anotación de los canadienses y se pudieran colocar arriba en el marcador.
El trabajo de México en la cancha fue completamente nulo, se mostró como un equipo totalmente faltó de idea y planteamientos.
El Vasco Aguirre deberá seguir trabajando con urgencia con el equipo, deberá mejorar los planteamientos, porque de los cuatro tiempos que se han jugado, solo en el segundo tiempo contra Nueva Zelanda es donde la selección se pudo ver un buen juego.
El juego se ensució durante todo el encuentro por un exceso de faltas y golpes, provocando que él arbitró tratara de controlar el partido a base de tarjetas y llamadas de atención, mientras que los jugadores mantenían en todo momento reclamos subido de tono.
En el segundo tiempo la historia fue la misma, México con el balón, pero sin idea y Canadá encerrado tratando de jugar al contragolpe, pero para suerte de los aztecas nunca se vieron sorprendidos. Uno de los problemas más marcados en la Selección es que el centro delantero parece no saber que hacer en la cancha, no importa si es Santiago Giménez o Henry Martín, ambos parecen estar perdidos todo el tiempo dentro del campo de juego.
Tal parece que lo único relevante en el partido, ha sido el espectáculo de los animadores, que pusieron música, logrando que la gente se prendiera y participara con ellos, a pesar del pobre espectáculo en la cancha.
Al final, México se fue severamente abucheado por los poco más de 30 mil aficionados que se dieron cita y ahora deberán pensar en como seguir creciendo en cuanto a confianza de cara al juego de octubre contra Estados Unidos en Guadalajara y también ante el Valencia en Puebla.