Por: Diana López Zurita
El Premio Nobel de Economía se entregó por primera vez en el año de 1969 a Ragnar Frisch (Noruega) y a Jan Tinbergen (Países Bajos). Fue cuarenta años después, en el año 2009, cuando Elinor Ostrom (Estados Unidos) se convirtió en la primera mujer galardonada. Como politóloga, abordó distintos estudios en torno a las instituciones públicas; así como a la resolución de conflictos, aún sin la presencia de autoridades o figuras de lucro.
De su pensamiento en el libro El gobierno de los bienes comunes, destacan dos ideas para comprender la realidad mexicana. La primera idea señala que “los individuos atribuyen menor valor a los beneficios que esperan recibir en un futuro distante y mayor valor a los del futuro inmediato”.
Entre los múltiples problemas públicos, abordamos a la salud como referente. Una de las herencias negativas por las políticas neoliberales del pasado son las enfermedades no transmisibles (ENT). La intromisión de bebidas endulzadas y comida chatarra, como parte de la cultura individualista, ha provocado una honda modificación en los hábitos, rutinas y estilos de vida. La diabetes mellitus tipo 2 (DMT2) se encuentra entre las principales ENT.
Con datos al segundo trimestre de 2024 de la Dirección de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades No Transmisibles, perteneciente a la Secretaría de Salud, se registraron al sistema hospitalario un total de 22,899 ingresos de pacientes con diagnóstico de DMT2, siendo los estados de Tabasco, Jalisco y Ciudad de México los que reportaron el mayor número.
El grupo de edad más afectado fue el de 55 a 59 años para el sexo masculino y 60 a 64 años para el sexo femenino. A lo anterior se agrega que “la hipertensión arterial constituyó la comorbilidad más frecuentemente reportada en los casos de DMT2 con 13,372 (58.3%); seguida por la obesidad, presente en 3,326 casos (14.5%)”.
Ante este escenario de salud, y con solo una semana en funciones, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció el pasado 2 de octubre, como parte de Las mañaneras del pueblo, una sección a efectuarse los lunes y titulada Vida saludable. Continuando con estos esfuerzos, el 7 de octubre inauguró tal sección, donde se expuso una alternativa y estrategia de prevención en salud denominada “La dieta de la milpa”, fundada en la cocina tradicional mexicana y caracterizada principalmente por ingredientes naturales como: maíz, frijol, chile y calabaza.
Finalmente, ¿cómo transitar a un futuro común para la 4T? Elinor Ostrom, en una segunda idea, señala que “los individuos frecuentemente están dispuestos a renunciar a ganancias inmediatas con el fin de obtener mayores beneficios comunes, cuando observan a muchos otros que siguen la misma estrategia”. Una frase recuperada de la mañanera del 7 de octubre menciona que “cuando elegimos la dieta de la milpa, no solo comemos de manera correcta: también recuperamos miles de saberes y sabores. Recuperamos lo que somos”. Es tiempo de sumar al segundo piso de la 4T y transitar de una cultura individualista de consumo a una cultura de prevención colectiva, basada en un consumo correcto y, en consecuencia, de una vida saludable.