Por Luis Pinal Da Silva
Cada vez está más cerca el desenlace de la tragicomedia electoral mexicana. Estamos a la mitad de la campaña presidencial y la guerra sucia puede seguir escalando.
Los que forman parte de la llamada Cuarta Transformación, que aseguran que su candidata tiene una ventaja 3 a 1 contra la candidata de oposición, aseguran que ellos no hacen guerra sucia, aunque siendo honestos esta afirmación forma parte de las cifras falsas que manejan con suma ligereza.
Hay que atender al hecho que algunos llaman benditas a las redes sociales, pero otros las consideran míseras, ya que se ha visto que no solamente engañan y distorsionan la realidad, sino que son capaces de destruir a una persona, empresa, gobierno o ideología y ni hablar de las campañas políticas, dejando de lado lo más importante: las propuestas.
En este contexto de campaña presidencial, las redes sociales se han vuelto indispensables para los ataques entre contrincantes, porque lo se emite en ellas puede esparcirse como un reguero de pólvora ocasionando que el resto del mensaje, el que nos debe importar a los ciudadanos para decidir por quién votar, quede olvidado.
En el actual proceso electoral hemos visto como una frase mal dicha, una caída, un tropezón, una señal o una mala cara son magnificados ya sea para apoyar o desacreditar a una persona.
Ninguna de las candidatas a la Presidencia de la República ni el candidato se han salvado de haber sido ridiculizados en las redes sociales, más aún, estas frases mal dichas o actitudes desafortunadas, los han marcado.
Como el tropiezo que en su primer discurso como candidata tuvo la morenista Claudia Sheinbaum al decir que su proyecto representaba la continuación de la corrupción, cuando en realidad lo que quería decir era que su proyecto garantiza que “siga la transformación”.
O bien, el anuncio oficial de la candidatura del emecista Jorge Álvarez, quien se encontraba tomando cerveza en la casa del gobernador de Nuevo León, Samuel García, con una vista privilegiada.
A Xóchitl Gálvez también le ha tocado, como cuando fraseó de tal forma su crítica a Claudia Sheinbaum por no tener casa propia a los 60 años, que el video, descontextualizado, le ocasionó severas críticas.
Las contiendas electorales ya cambiaron y ahora no sólo hay que salir a pedir el voto a la calle o convencer a través de los medios tradicionales, ahora hay que conquistar las redes sociales y a sus distintos usuarios.
Ahora tiene más vistas un video que sirva para la crítica que un debate; un video de morbo que la propuesta; un mensaje de escarnio que uno de unidad.
Todo lo que pasa en las redes sociales se convierte en dinamita cuando se suman a la desinformación, a las noticias falsas y también a la inteligencia artificial.
Pareciera que el máximo generador de noticias “a modo”, es la que tiene a su candidata con liderando la contienda con más de mil puntos de distancia y que, incluso, será ganadora de todas las medallas de oro en las próximas olimpiadas.