-El turismo religioso durante esta festividad religiosa se incrementará un 8.5% más que en 2024, beneficiando a comercios y servicios en todo el país.
Cerca de celebrar la tradicional fiesta del 12 de diciembre, que no es solo un evento de fe, ahora se ha transformado en un poderoso motor económico.
De acuerdo a lo señalado por la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (CONCANACO SERVYTUR México), se tiene contemplado que visiten el templo mariano millones de peregrinos, generando una derrama superior a los 21,700 millones de pesos.
De acuerdo a lo proyectado por CONCANACO SERVYTUR México, esta actividad económica alrededor del Día de la Virgen de Guadalupe crecerá alrededor de un 8.5% comparado con lo registrado en 2024.
El impulso viene de la mano del turismo religioso y del consumo en una gran variedad de sectores. Se proyecta que entre los días 6 de diciembre y hasta el próximo 15 de diciembre, millones de personas se desplacen a santuarios, siendo la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México uno de los focos principales.
Estos viajes representan un impacto económico directo: las familias que peregrinan requieren transporte, hospedaje, alimentación, además de realizar varias compras, que van desde artículos religiosos hasta ropa y artesanías.
Para las miles de micro, pequeñas y medianas empresas, especialmente los negocios familiares, estos días representan una de las temporadas más importantes del año.
Octavio de la Torre de Stéffano, presidente de CONCANACO SERVYTUR, subrayó que la celebración tiene un doble valor, ya que la fe guadalupana es, al mismo tiempo, identidad, cohesión social y motor económico.
Reafirmó que su organismo, mantiene un completo respeto hacia todas las expresiones de fe y creencias, reconociendo a la Virgen de Guadalupe como un símbolo compartido que convoca a millones en torno a “la paz, la gratitud y la esperanza”.
La CONCANACO SERVYTUR hizo un llamado a los tres órdenes de gobierno para que, en coordinación con empresarios y sociedad, se garanticen condiciones de seguridad, movilidad ordenada y operación clara para el comercio en las principales rutas de peregrinación.
Afirmó que el objetivo es consolidar al turismo religioso como un pilar económico, siempre dentro de un marco de respeto y paz social.
 
 
 
















