¿Y SI ESTALLA LA VIOLENCIA?

Por Luis Pinal Da Silva

Faltan pocos días para que los mexicanos se enfrenten en las urnas a una decisión crucial para la vida de México: el voto.

Los comicios están a la vuelta de la esquina y, conforme ha pasado el tiempo, se ha observado que la maquinaria del Estado, llámese Gobierno Federal, gobiernos estatales, organismos como el INE y el TEPJF, van a una línea de ataque contra Xóchitl Gálvez Ruíz.

Vamos, se trata de una elección de Estado, ya que Andrés Manuel López Obrador piensa dejar sentado en la silla presidencial a Claudia Sheinbaum Pardo, para seguir con el control de un país que, a lo largo de cinco años, ha colocado en una situación de alto riesgo en todos los sentidos.

La situación es de suyo grave y deja de relieve que México se encuentra en un callejón donde hay dos puertas. La primera, lleva a un escenario cercano a las dictaduras latinoamericanas; el otro, la posibilidad de enmendar las fallas y evitar el derrumbe.

Hay que ver un asunto que, dentro de la vorágine que se presenta, es muy grave: la violencia desatada por la delincuencia organizada.

Por ello, Xóchitl Gálvez presentó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), una queja-denuncia por la omisión del INE, que se ha negado a elaborar un mapa de riesgos electorales, que es por lógica simple, una responsabilidad que los consejeros electorales han bateado sin explicación.

El tema tiene que ver con la participación de la delincuencia organizada y con los compradores de voto en por lo menos 50 mil de las 170 mil casillas que se instalarán el 2 de junio.

Se ha insistido en la necesidad de que el INE emita una regla para que se evite la entrada a las casillas con teléfonos celulares, ya que criminales y compra-votos exigen a los ciudadanos amenazados una foto de su boleta para ver que efectivamente hayan votado por quien se les indicó.

También es necesario reforzar con personal militar los estados y municipios en donde la delincuencia organizada tuvo una participación descarada para beneficiar a sus candidatos en la elección del 2021.

Nada se sabe que haya hecho el INE, al mando de Guadalupe Taddei, en ese sentido.

Si, está muy bien que el PREP esté preparado y aceitado para que no haya duda sobre el conteo de votos, o que se garantizará que el 100% de las casillas se instalen.

Pero poco y nada se ha dicho de un acuerdo entre el INE y las Secretarías de Seguridad y Defensa, para la protección de los votantes, que llevan meses de ser hostigados y amenazados con quitarles los programas sociales si no votan por el color guinda.

El panorama no es halagüeño y todo apunta a que, a final de cuentas, por las buenas o por las malas Andrés Manuel López Obrador quiere seguir en el poder.