EL FALSO FEMINISMO

Por Helga Kauffman

No hace falta ser un letrado para entender que el presidente Andrés Manuel López Obrador está muy lejos de ser un mandatario feminista; de hecho, sus acciones lo muestran de cuerpo entero como un provocador y misógino recalcitrante.

Desde que inició su mandato, han pasado cinco años, y desde el primer día decidió dar la espalda a las mujeres y ahora su candidata presidencial, la misma que dice que pondrá el segundo piso de la Cuarta Transformación, ha propuesto regresar los programas que su gobierno o que el gobierno de su mecenas quitó a las mexicanas.

López Obrador decidió criminalizar a las mujeres que participan en la marcha conmemorativa del 8 de marzo, y lo hizo porque no llenaron la explanada del Zócalo capitalino, amén de que las ha insultado al señalar que son una vergüenza por enfrentarse con los policías que cuidan el Palacio donde él vive y ha evitado escucharlas.

De esta forma, lejos de ser empático con las causas de las mujeres que marchan, López Obrador ha mostrado un desprecio por ellas, quizá porque son las que cada año le recuerdan la realidad, esa que él se empeña en negar y que no puede cambiar.

Y es muy simple de entender su malestar, ya que de acuerdo con datos oficiales, en México matan a 10 mujeres cada día; en México las mujeres ganan 35% menos salario que los hombres; en México el 70% de las mujeres mayores de 15 años ha experimentado, al menos en una ocasión, algún tipo de violencia en su contra.

Esos son los datos que el primer mandatario, ese que blinda su casa cada que hay una marcha de mujeres, quiere ocultar.

El desprecio hacia las mujeres ha sido tal, que López Obrador decidió reducir el recurso a los refugios para mujeres violentadas; decidió quitar las estancias infantiles, y con ello evitó que las mujeres dejen a sus hijos en un lugar seguro para ir a trabajar; quitó las escuelas de tiempo completo, que permitía a las mujeres tener un trabajo de ocho horas mientras sus hijos estaban aprendiendo.

También decidió quitar el seguro popular, ese que les permitía a las mujeres con cáncer acceder a un tratamiento gratuito. El Presidente de México decidió darles la espalda a las madres buscadoras.

Conforme el líder de la 4T iba arrebatando beneficios a las mujeres, su alumna más avanzada, o la más sumisa si se quiere, Claudia Sheinbaum Pardo, lo iba justificando, es por ello, que ahora parece una burla que en sus propuestas de campaña pretenda regresar todo lo que su jefe quitó y nunca se opuso.

En sus 100 compromisos, Sheinbaum establece ampliar el horario en las escuelas, es decir, regresar el programa de escuelas de tiempo completo; propone garantizar refugios para mujeres violentadas, pero no se ha pronunciado por regresar los recursos que el gobierno de López Obrador les quitó.

Otra propuesta que hace es impulsar los Centros de educación y cuidado de la primera infancia, es decir, regresar las estancias infantiles.

En resumen, parece burla que la candidata oficialista prometa lo que en los hechos no fue capaz de mantener en la Ciudad de México como Jefa de Gobierno.

Así, con una actitud tan miserable piensa que los mexicanos y, sobre todo las mexicanas, ¿podemos creer en ella?

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