-La capacitación fue impartida por Antonio Cíntora, consultor especialista en género y derechos humanos.
A través del curso Masculinidad y cambio social: retos para los modelos políticos contemporáneos, el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) generó un espacio de diálogo y análisis para reflexionar sobre cómo los cambios sociales y culturales contemporáneos están redefiniendo las masculinidades y planteando nuevos retos para los modelos políticos actuales.
La capacitación fue impartida por Antonio Cíntora, consultor especialista en género y derechos humanos, en el que participaron 61 personas servidoras públicas electorales, así como público en general.
Antonio Cíntora explicó que las masculinidades no son algo “natural”, sino que se aprenden y cambian con el tiempo dependiendo de la cultura y la historia.
Señaló que las personas, sin importar su profesión, viven y aprenden roles de género a lo largo de su vida, y que estos han colocado tradicionalmente a lo masculino en una posición de ventaja frente a lo femenino, generando desigualdades.
Recordó que, aunque la igualdad está reconocida en la Constitución desde hace más de cien años, aún no se vive plenamente.
Destacó que las transformaciones sociales y culturales actuales están replanteando la manera en que se entienden las masculinidades y su efecto directo en los modelos políticos actuales.
Señaló que la política no solo se construye con experiencia y conocimientos técnicos, sino también a partir de las vivencias, valores e ideas que cada persona ha aprendido en torno al género.
Puntualizó que los sistemas democráticos modernos heredaron estructuras históricas donde se privilegiaba una forma de pensar y de ejercer poder, lo que excluyó a diversos grupos, como mujeres y personas de la comunidad LGTTTIQ+. Por ello, comprender y transformar las ideas y prácticas relacionadas con la masculinidad es clave para avanzar hacia modelos políticos más inclusivos, capaces de reconocer la diversidad y reducir desigualdades.
Cíntora enfatizó que la construcción de relaciones más justas, tanto en lo público como en lo privado, es un paso para fortalecer la democracia y promover una convivencia social basada en el respeto y la igualdad.
Finalmente, habló sobre las tres formas de violencia relacionadas con las masculinidades: la simbólica, que se expresa en palabras y actitudes que mantienen estereotipos; la estructural, que se reproduce en instituciones como la familia, la escuela o el estado; y la directa, que incluye agresiones físicas y verbales. Subrayó que estas se conectan entre sí y refuerzan modelos masculinos basados en la dominación, por lo que es fundamental reconocerlas para construir una sociedad más igualitaria.
 
 
 























