A pesar de que la Secretaría de Seguridad Ciudadana insiste cada semana en la baja de homicidios, ni ello bastará para evitar que se rompa el récord.
En la historia de México, la actual administración es la que ha dado los peores resultados en materia de contención y prevención de los homicidios. De acuerdo con las proyecciones, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador cerrará con más de 200 mil homicidios dolosos, casi 50 mil más que Enrique Peña Nieto y 80 mil más que con Felipe Calderón Hinojosa.
La página especializada TResearch MX, da cuenta que la administración de López Obrador probablemente terminará con 200 mil 956, tomando como base los últimos datos proporcionados por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), donde se muestra una reducción en este delito en los últimos tres años consecutivos.
La empresa inició su conteo en 1990, y se advierte, de acuerdo con sus números, que en los últimos cinco años de Carlos Salinas de Gortari se acumularon 76 mil 767 homicidios dolosos; con Ernesto Zedillo Ponce de León fueron 80 mil 671; mientras que con Vicente Fox Quesada el registró quedó en 60 mil 280.
Tocante al acérrimo enemigo de López Obrador, el panista Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, los muertos sumaron 120 mil 463 y con el priísta Enrique Peña Nieto, fueron 156 mil 066.
En lo que va de la administración de Andrés Manuel López Obrador, suman, hasta este 15 de abril, 184 mil 151 homicidios dolosos, lo que se traduce en un asesinato cada 15 minutos, o 95 diarios.
Para septiembre de este 2024, mes en que termina la administración de la Cuarta Transformación, se estima que habrá 200 mil 956 homicidios; sin embargo, si el gobierno terminara como los anteriores (hasta el 30 de noviembre), la cifra llegaría hasta 205 mil 848.
Hay que destacar que de acuerdo con TResearch MX, en el gobierno del mexiquense Enrique Peña Nieto se cerró con uno de los años más violentos de México, con 36 mil 685 asesinatos.
Esa es la realidad de una administración que se ha empeñado en asegurar que los de antes tuvieron más muertos, pero los números, fríos como cadáveres, no mienten.
