Por Adrián Trejo
Morena repite en el Senado el mismo patrón del PRI de no hace mucho: la defensa a ultranza de funcionarios responsables, por acción u omisión, de hechos trágicos.
El PRI evitó las comparecencias del entonces procurador Jesús Murillo Karam cuando ocurrió la masacre en Ayotzinapa; lo mismo hicieron ayer los senadores de Morena y sus aliados que rechazaron un punto de acuerdo para que comparecieran Adán Augusto López y Marcelo Ebrard.
La decisión de los legisladores de Morena contradice lo prometido por el Presidente, quien se comprometió a que se aclararían “todas las dudas’’ sobre el actuar de los funcionarios de Gobierno en el incendio del centro de detención del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez, que costó la vida, hasta ahora, a 41 migrantes.
Y dudas, hay muchas.
Por ejemplo, ayer se dio a conocer que la Secretaría de Gobernación tenía contratada una empresa de seguridad privada para reforzar la vigilancia en el centro.
Primero, el Gobierno sostuvo hace meses una lucha en contra del outsourcing y hasta una ley se aprobó y, sin embargo, es el propio Gobierno el que sigue contratando servicios de terceros.
Segundo, ¿cuál es el nombre de la empresa y por qué no se ha hecho público?
No vaya a ser que sea alguna ligada a funcionarios de Gobierno o partidistas, como ha sido la tradición en esta administración.
El Gobierno tiene la obligación de hacer público el nombre, el contrato y el monto que se pagaría a dicha empresa.
Ayer se informó que ocho personas involucradas en los hechos comparecieron ante el ministerio público en Ciudad Juárez, y que se habían solicitado cuatro órdenes de aprehensión, una de ellas en contra del migrante que inició la conflagración.
¿Se sabe el nombre? ¿Esta vivo? ¿O es una orden de esas que se giran “contra” quien resulte responsable?
Independientemente de las cuentas pendientes que se están cobrando entre ellos, tanto Adán Augusto López como Marcelo Ebrard tienen la obligación de aclarar a la ciudadanía quién es quién en la tragedia.
Es que, la verdad, se parecen tanto al PRI, que no pueden engañarnos.