Mantiene Banco de México sin cambio su tasa de política monetaria

Por tercera ocasión consecutiva, el organismo determinó no variar la tasa, puesto que la economía se ha mantenido resistente.

El Banco de México mantuvo sin cambios su tasa de política monetaria por tercera ocasión consecutiva. Por unanimidad, la junta de gobierno del organismo decidió dejar la referencia en un histórico 11.25 por ciento, frente a una inflación que se ha ido desacelerando, pero permanece alta, sobre todo en sus componentes menos variables.

“En México, desde la decisión de política monetaria previa, las tasas de interés de valores gubernamentales habían tenido movimientos acotados en todos sus plazos y el tipo de cambio exhibido una apreciación. No obstante, ante una mayor aversión al riesgo global, en los últimos días las tasas de interés de mayor plazo y el tipo de cambio presentaron cierto ajuste al alza”, explicó el organismo para respaldar su decisión.

Agregó que también la actividad económica se ha mantenido resistente y la previsiones de crecimiento son mayores; a ello se suma un mercado laboral que “continúa presentando fortaleza”. Así que, “para lograr la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3 por ciento”, el Banco de México se mantiene en que “será necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual durante un periodo prolongado”.

El banco central mexicano explicó que desde su pasada última reunión de política monetaria, en junio, las inflaciones general y subyacente siguieron descendiendo a tasa anual, pero no dejan de ser altas y encontrarse fuera del rango objetivo de 3 por ciento ( un punto porcentual). En julio se situaron, respectivamente, en 4.79 por ciento y 6.64 por ciento.

Se espera que con la política monetaria actual, la inflación llegue al objetivo en el cuarto trimestre de 2024. Mientras tanto los sesgos predominan al alza. Entre ellos que la inflación subyacente persista en niveles elevados; la depreciación cambiaria ante eventos de volatilidad financiera internacional; mayores presiones de costos; y presiones en los precios de energéticos o agropecuarios.

Entre los elementos que el Banco de México calcula podrían provocar que la inflación ceda, se encuentran una desaceleración de la economía global mayor a la anticipada; un menor traspaso de algunas presiones de costos; que la apreciación del tipo de cambio contribuya más de lo anticipado a mitigar ciertas presiones sobre la inflación; y un efecto mayor al previsto de las medidas agrupadas en Paquete contra la inflación y la carestía (Pacic).