Por Helga Kauffman
No cabe duda que las mujeres somos decididas y que, sin pestañear, cumplimos los encargos que tenemos.
La muestra más fehaciente de mi dicho, son dos distinguidas damas que hicieron su labor a pie juntillas, sin ambages y con una pulcritud que hasta el diablo las envidiaría. Se trata de Sanjuana Martínez y Rosario Piedra.
En la reserva está la Ministra Lenia Batres, que no alcanza a tomar vuelos porque – hay que decirlo – de leyes no sabe gran cosa.
Pero volvamos en los casos de Sanjuana y Rosario. A ambas se les dio una misión muy clara. El presidente Andrés Manuel López Obrador puso a la primera al frente de la Agencia de Noticias del Estado Mexicano (Notimex) y a la segunda en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
La orden era una: eliminarlas.
Y han cumplido.
En el primero de los casos, los periodistas, redactores y todo el personal de Notimex denunciaron violación a sus Derechos Humanos, por parte de Sanjuana, a grado tal que iniciaron una huelga que llegó hasta diciembre de 2023, momento en que el presidente López Obrador envió al Congreso la iniciativa de extinción y la conclusión de Notimex se dio en los últimos días de diciembre del año pasado.
Sanjuana en ese momento, seguro expresó misión cumplida. Sin embargo, la denuncia que en dos entregas del periódico La Jornada, sobre la petición de donación de un porcentaje de su indemnización, provocó ruido a la candidata Claudia Sheinbaum y se distanció de la 4T. Ahora es una apestada que deambula en el limbo.
En el caso de Rosario Piedra, desde que fue parte de la terna propuesta por el Jefe del Ejecutivo, para ocupar la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, fue cuestionada por el riesgo a la autonomía.
Pero, a pesar de las críticas de la oposición contra la Piedra, ya en el encargo se le ha cuestionado que ha sido omisa en muchos actos de violación a los Derechos Humanos, pero el colmo fue la cuando la semana pasada, al presentar su informe en la Comisión Permanente, propuso la eliminación de la CNDH porque ya no responde a las necesidades del pueblo y propuso crear una Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo.
Para nadie es un secreto que la decisión de López Obrador desde su llegada a la Presidencia de la República fue eliminar los contrapesos y, por ello, en este momento tenemos claro que la encomienda para las mujeres del poder fue eliminar las instituciones que encabezaron.
Hoy en el caso de Notimex la misión está cumplida. Y en la CNDH, sin pudor , Rosario Piedra, se ocupó en el Congreso de hacer caso omiso a la autonomía y atender la instrucción del Presidente de la República.
Ahora habrá que esperar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el escollo más fuerte para las pretensiones del tabasqueño, y allí tiene a tres aliadas, de las cuales, en términos de conocimiento legal, no se hace una, pero que seguramente buscarán hacer mucho daño con chismes, arguendes, amenazas y mentadas de madre