Afirman obispos católicos mexicanos haber negociado acuerdo de paz con cárteles

Tras ser azotados los pueblos por los cárteles, lo único que se busca es que los pobladores no sufran más agresiones.

Cuatro obispos católicos se reunieron con jefes de los carteles de la droga mexicanos en un intento por negociar un posible acuerdo de paz, dijo uno de los obispos, y el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo el jueves que aprueba tales conversaciones. La revelación del obispo de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, en declaraciones durante una aparición pública, ilustra hasta qué punto la política del gobierno de no confrontar a los cárteles ha dejado que los ciudadanos promedio lleguen a acuerdos de paz separados con las pandillas.

El presidente López Obrador reconoció al otro día de revelarse las negociaciones que no era la primera vez que líderes de la iglesia mantenía conversaciones de este tipo, sobre todo en Michoacán y en otros estados; apuntó que sacerdotes, pastores y miembros de la todas las iglesias han ayudado a pacificar el país.

López Obrador dijo que si bien no tenía ningún problema con las conversaciones, no aprobaría ningún acuerdo que signifique otorgar impunidad, privilegios o licencias para robar.

Lo anterior ocasiono que un párroco de un pueblo de Michoacán mencionara que estas palabras demuestran que el gobierno no puede proporcionar condiciones seguras para todos porque lo que hemos tenido que hablar con determinadas personas para llegar a un acuerdo de seguridad, a pesar de no estar de acuerdo con ello.

Muchos mexicanos promedio han aceptado silenciosamente pagar pagos de protección a los cárteles de la droga por temor a ser atacados o quemar sus casas o negocios. La iglesia también ha sufrido, los cárteles también han matado a sacerdotes, pero algunos líderes de pandillas hablan con los líderes de la iglesia.

El obispo dijo que las conversaciones más recientes fracasaron porque los cárteles y las bandas de narcotraficantes no querían dejar de pelear por el territorio en el estado de Guerrero, en la costa del Pacífico. Esas batallas territoriales han paralizado el transporte y han provocado decenas de asesinatos en los últimos meses.

Los cárteles y las pandillas de la droga en México no únicamente venden o trafican drogas; extorsionan a casi todas las líneas de negocios en los territorios que controlan.

Bajo la política de “abrazos, no balas” de López Obrador, el gobierno ha evitado la confrontación directa con los cárteles, permitiéndoles esencialmente tomar el control de una docena o más de ciudades medianas, donde los precios de la mayoría de los productos son más altos porque incluyen un impuesto cobrado por los cárteles.

El obispo retirado Salvador Rangel, quien dirigió la misma diócesis hasta 2022, dijo que había sido informado de las conversaciones por personas que estaban allí. No identificó qué cárteles asistieron, pero hay al menos una docena de esas pandillas luchando por el control de varias regiones en el estado de Guerrero, en la costa del Pacífico, donde se encuentra el balneario de Acapulco.

Rangel confirmó que las conversaciones fracasaron porque las pandillas “no quisieron ceder nada”.

Sin embargo, defendió las conversaciones. Mientras se desempeñaba como obispo, anteriormente había hablado abiertamente sobre reunirse con líderes de pandillas para buscar la paz. “Creo que cualquier intento de lograr la paz y la armonía es válido”, afirmó.

González Hernández sugirió que el enfoque había sido aprobado al menos implícitamente por el Papa Francisco durante una reunión con obispos el año pasado.