“The substance”: Demi Moore contra la obsesión del culto al cuerpo

La actriz presentó la película en la que aseguró, se expuso “de una manera muy vulnerable emocional y físicamente”.

Demi Moore es una actriz que no se encasilla, que acepta los retos y deja en las cintas en las que participa su sello indeleble.

Tal es el caso de la película ‘The substance‘, de la realizadora Coralie Fargeat, la cual impactó a Cannes con su terror gore, con una espectacular Demi Moore, y con una crítica implacable de la obsesión con el cuerpo, con la juventud, con los procedimientos estéticos y con la mirada patriarcal y sexualizante que los promueve.

“Yo lo vi como un desafío en el mejor sentido, porque busco material que me saque de mi zona de confort y, si algo me asusta un poco, normalmente sé que hay una oportunidad ahí que, del otro lado, me hará una mejor persona y, con suerte, una mejor actriz”, explicó Moore sobre su papel, en una rueda de prensa en Cannes tras haber estrenado la película en la alfombra roja del festival.

Moore encarna a la protagonista, una mujer madura y famosa a la que la industria -que en el filme está representada por un machista ejecutivo televisivo al que interpreta Dennis Quaid- rechaza por ser ya demasiado mayor.

La posibilidad de tratarse con “sustancia” le permite inesperadamente obtener un otro yo más joven y perfecto (Margaret Qualley), pero las consecuencias de ese proceso se revelarán brutales y monstruosas.

Lo que más le gustó a Moore del guion concebido por Fargeat -cuyo filme ya se ha colado inesperadamente entre las favoritas a ganar la Palma de Oro- fue que “trata sobre la perspectiva masculina de la mujer idealizada” que el conjunto de la sociedad, incluidas las mujeres, “hemos comprado”.

Y en la película, incluso la nueva versión mejorada y más joven de la protagonista, cuando tiene su oportunidad, “sigue repitiendo los mismos patrones, sigue buscando la aprobación externa y al final -razona la actriz de 61 años- se encuentra cara a cara peleándose consigo misma, porque ahí es donde tenemos que buscar”.

Los halagos no son en vano para una actuación que requirió, en palabras de la propia Moore, exponerse “de una manera muy vulnerable emocional y físicamente”.

Fargeat se mostró satisfecha con la marca que ya ha dejado la película en el festival y defendió el cine de género como un lugar de excesos en el que “liberar la locura y energía que no tienes en tu día a día”.

“Esta película -dijo- realmente surgió reflexionando sobre la violencia que siento como mujer, en mis cuarenta, y el sentimiento de que voy a desaparecer, que ya no tengo un lugar en la sociedad”.

En concreto, Fargeat se preguntaba cómo, a pesar de ser una mujer educada y una declarada feminista, esas ideas lograban pese a todo “penetrar” en su cerebro de una forma muy intensa.

“Va a ser difícil cambiarlo, pero estoy contenta si la película es una pequeña piedra en esa pared”, agregó.

Ella es una “auténtica autora”, describió Quaid, contento como hombre de que se aborden estos temas, aunque él sea precisamente el que encarne al “imbécil” de la película.

“No somos anti-hombres, somos anti-imbéciles”, puntualizó Moore.

Más sentido, Quaid compartió que dedicaba su actuación a Ray Liotta, al que describió como un gran actor, a punto de cumplirse dos años de su muerte.