La tradición tiene su origen en los arrieros que durante más de 200 años sirvieron a la Real Casa de Moneda.
A propuesta del diputado Braulio Álvarez Jasso (PRI), el Congreso del Estado de México declaró por unanimidad, a la tradición histórica, cultural y artesanal denominada ‘Danza de Arrieros’, como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de México, por lo que será de orden público e interés social, su respeto, fomento, conservación, promoción, y salvaguarda.
En sesión deliberante, ante representantes de la Danza de Arrieros de Ocoyoacac y otros municipios, así como de Diana Pérez Barragán, vocal ejecutiva de Consejo Estatal para el Desarrollo Integral de los Pueblos Indígenas, el legislador Braulio Álvarez destacó que la danza es una expresión cultural que se remonta a la época colonial cuyo origen se desprende de San Pedro y San Pablo Atlapulco, comunidad del municipio de Ocoyoacac, y que se ha extendido por diversos municipios y comunidades de la entidad y de la Ciudad de México.
De acuerdo con el dictamen, la Danza de Arrieros es considerada una de las más emblemáticas de la entidad y este año su conmemoración es muy significativa pues se celebró el Bicentenario de su origen y fundación, hecho que agrupó a danzantes arrieros de diversas comunidades de Ocoyoacac, Lerma y de San Bartolo Ameyalco, de la Alcaldía Álvaro Obregón; quienes reconocen y adoptan esta tradición que ha sido heredada de generación en generación.
Con su incorporación al patrimonio cultural inmaterial de la entidad, el Ejecutivo estatal, por conducto de la Secretaría de Cultura y Turismo, deberá adoptar las medidas que garanticen su viabilidad, que incluya filiación, archivo, investigación, protección, impulso, conservación y transmisión de este patrimonio en sus distintos aspectos; y, en coordinación con las organizaciones de la sociedad civil promoverá lo necesario para promocionarlo y preservarlo.
De acuerdo con el dictamen, la danza está vinculada con los arrieros, viajeros quienes durante más de 200 años se mantuvieron al servicio de la Real Casa de Moneda, y en animales de carga trasladaban mercancías y productos a diferentes regiones del estado, la Ciudad de México, Morelos y Guerrero.
Posteriormente, dicha actividad se transformó en una forma de ganarse la vida, transportando mercancías a distintos lugares, hecho que se relaciona de forma directa con la Danza de Arrieros y el agradecimiento a Dios por las jornadas de trabajo, cumpliendo con las formas y la indumentaria específica para su realización.