La tortura persiste en una forma de control que todavía es accesible y operable a nivel de los operativos de seguridad, así como de los de procuración de justicia.
Es alarmante que, de los casos documentados de tortura a nivel nacional, la cifra de investigaciones abiertas no llegue ni a 1%, señaló Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM).
Fue en el marco del Día Internacional en apoyo a las Personas Sobrevivientes de Tortura, celebrado el pasado lunes, este miércoles se reunieron organizaciones en pro de los Derechos Humanos en la sede de la CDHCM, con el fin de visibilizar este delito.
Al tomar la palabra, Ramírez Hernández, quien presidió la ceremonia de inauguración del Foro “Rostros y voces de la tortura en el México de hoy”, señaló la importancia de visibilizar las prácticas de este crimen, ello como un paso fundamental para erradicarlas.
La Ombudsperson hizo hincapié en que la tortura persiste en una forma de control que todavía es accesible y operable a nivel de los operativos de seguridad, así como de los de procuración de justicia.
Indicó que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL) de 2016 realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), mostró que el 79% de las personas fueron torturadas durante el traslado o estancia en el Ministerio Público.
De la misma forma, en la ENPOL de 2021, la cifra se redujo a 50%, aunque Ramírez Hernández mencionó que esta disminución no es tan significativa como se podría pensar”.
Subrayó que, para contrarrestar estos crímenes, es urgente que haya cero impunidad, dado que, “mientras haya impunidad al respecto, hay tolerancia”.
Refirió que la tortura debe ser vista desde una perspectiva interseccional, puesto que esta problemática se ha extendido a ámbitos donde afectan a población vulnerable, como infancias, mujeres y personas en situación de movilidad.
Por su parte, Andrea Casamento, integrante del Subcomité de prevención de la tortura de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), abonó que, en cuanto a la exigencia de justicia por los casos de tortura, son las mujeres las que en su mayoría asumen estos roles.
Indicó que ellas tienen que compaginar las labores del hogar y de cuidado que desempeñan cotudamente, por lo que sostuvo que aún hay trabajo que hacer en materia de paridad de género.