Pudo llevar las ideas a la realidad y creó instituciones que perduran y perdurarán: Federico Reyes.
Raúl Padilla López fue un “cácaro” que creó un cineclub político, un funcionario universitario que reformó la Universidad de Guadalajara, un promotor cultural, un “político de la convicción y de la responsabilidad”. Pero, de acuerdo a los testimonios que se escucharon en el auditorio Juan Rulfo, fue sobre todo un amigo. El recinto principal de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara fue escenario para un homenaje póstumo para recordar el legado de quien fue descrito como un hacedor de sueños, un fabricante de mundos, un hombre múltiple.
La conducción del homenaje estuvo a cargo de Marisol Schulz Manaut, directora general de la FIL, y de Nicolás Alvarado, quienes explicaron que la sesión estaría dividida en tres grandes bloques para hablar de Raúl Padilla el universitario, Raúl Padilla el gestor cultural y Raúl Padilla el amigo. “Quisimos concentrar un solo homenaje para hablar de un hombre polifacético del que todos tenemos tanto qué decir”, dijo Marisol Schulz ante la audiencia que abarrotó el recinto, lo que, a decir de Nicolás Alvarado, era una demostración “de la fuerza, del poder de convocatoria de un hombre excepcional”.
El primer bloque estuvo dedicado al legado de Raúl Padilla López en la Universidad de Guadalajara (UdeG) y participaron Trinidad Padilla López, su hermano y ex rector de la universidad; Ruth Padilla, maestra emérita, y Ricardo Villanueva, actual rector general de la UdeG. Trinidad Padilla contó cómo la red universitaria que se implementaría durante el rectorado de Raúl tuvo su origen en un cineclub político que le permitió generar una red con líderes estudiantiles. También habló de la creación del entonces Departamento de Intercambio Académico, que permitió reforzar las facetas de la investigación y la vinculación de la UdeG. Por su parte, Ruth Padilla lo describió como “un hacedor de sueños” y como una persona cuya tenacidad le permitió realizar una reforma universitaria profunda, pocas veces vista. Finalmente, Ricardo Villanueva centró su intervención en destacar que Raúl Padilla dio ejemplo de cómo llevar a la práctica la autonomía universitaria “con personalidad. Demostró que las universidades se respetan”.
Antes de comenzar con el segundo bloque se proyectó un video en el que Federico Reyes Heroles destacó que Raúl Padilla pudo “llevar las ideas a la realidad. Pocos pueden imaginar, implementar, administrar y llevar a buen puerto las ideas. Creó instituciones que perduran y perdurarán. Fue un hombre complejo y plural”.
Luego del video, subieron al escenario la académica Sara Poot Herrera, el escritor Sergio Ramírez y la secretaria de Cultura de Jalisco, Lourdes González, para hablar de la faceta cultural. Sara Poot comenzó parafraseando un poema de sor Juana Inés de la Cruz en donde la poeta escribe: “Si los riesgos del mar considerara / ninguno se embarcara”, y leyó un soneto cuyo primer verso rezó: “Si los riesgos de la UdeG considerara, Raúl no se embarcara”. Después, Lourdes González describió a Padilla López como “el mejor maestro de gestión cultural del país” y destacó su habilidad para trabajar con mujeres en la construcción de proyectos. También resaltó la creación de infraestructura cultural. Cerró la ronda Sergio Ramírez, quien dijo: “Para mí es difícil separar las tres facetas, porque pertenezco a las tres. Raúl Padilla López fue un fabricante de mundos”.
El tercer bloque fue precedido por un video que, titulado “Raúl Padilla es…”, recopiló testimonios de Eugenio Caballero, Isaac Hernández, Estrella Araiza y Diego Luna, entre otros, quienes hablaron de su legado y sus aportaciones en todas las disciplinas artísticas.
Y entonces tocó turno a los amigos, bloque para el que subieron al escenario Silvia Lemus, viuda de Carlos Fuentes; el escritor Héctor Aguilar Camín, y el alcalde de Zapopan, Juan José Frangie. La primera fue Lemus, quien recordó cómo la Cátedra Cortázar nació en una charla en la cocina de su departamento. “Raúl Padilla fue un hombre múltiple, inquieto, de mirada relajante que inspiraba a hablar”, dijo, y recordó la larga amistad que sostuvo con su esposo. Juan José Frangie dijo que “Raúl Padilla no era mi amigo, era mi hermano”, y contó diversas anécdotas de una amistad que comenzó jugando al golf cuando ambos eran niños. “Él quería vivir 120 años y querría que los hubiera vivido para seguir gozándolo”. Finalmente, Héctor Aguilar Camín tomó como base una columna que publicó pocos días después de la muerte de Raúl Padilla, en la que habló de una faceta no considerada en la mesa: el político. “Fue un político único, que pudo ser el político de la convicción y de la responsabilidad”.
El homenaje concluyó con un video en el que Enrique Krause se refirió a la larga tradición artística de Jalisco, sobre todo en el siglo XX, y dijo que a la lista de escritores, pintores, arquitectos y humanistas había que sumar a Raúl Padilla, “que no era artista pero tenía el genio que vincula a todas las artes y las humanidades. Emprender una obra cultural es un trabajo arduo, difícil, que nadie ha hecho como Raúl Padilla López. Estamos en deuda con él”.
El homenaje concluyó con el anuncio de parte de Marisol Schulz de la publicación de un libro, El hombre que amaba los libros, dedicado a Raúl Padilla y que en portada lleva un retrato autoría del fotógrafo mexicano César Saldívar y que se ha convertido en la imagen con la que se ha venido recordando en la FIL Guadalajara a Padilla López y su legado. El homenaje cerró con una prolongada ovación de pie en el auditorio Juan Rulfo.