La presa apenas alcanza el 20.3 por ciento de su almacenamiento total, siendo su nivel máximo histórico de 53.2 por ciento.
Las mujeres de Villa Victoria han lanzado un llamado de auxilio a las autoridades, ya que la presa se está secando, y ahora tienen que caminar más para llegar al agua, ya que el estiaje ha provocado seis metros de distancia entre la franja húmeda que dejó la marca del agua que desapareció en tan sólo un par de meses y la posición que hoy ocupa.
De acuerdo a lo expuesto, ya no hay pesca, que es inútil intentarlo con niveles tan bajos.
La crisis por la falta de lluvias, además de la sequía en esta región crece y preocupa a los habitantes aledaños, si bien, en ningún caso reciben agua de estos embalses, la reducción de los mismos les lleva a la escasez del recurso en otros cuerpos de agua de los que dependen para vivir.
“Pues el agua de aquí para lo indispensable, pero ya ni para eso nos va a dar, si sigue así la cosa, no sé de dónde vamos a echar mano para conseguir agua, las pipas están carísimas”.
Las pipas que abastecen de agua limpia a las comunidades duplicaron sus costos, pasaron de 120 a 240 o 280 pesos, dependiendo la distancia, una sola no alcanza para la semana entera, en cada vivienda son más de cinco familias y el agua se requiere para todo.
Una muestra de la agudeza del problema son las aves muertas y el olor a hierba, a humedad, una imagen que no se había presentado en años, según algunas de las mujeres que acuden al cuerpo de agua para lavar la ropa.
“En cuatro años no había visto así la presa, pero el agua está escasa, en El Vivero, no teníamos que venir a lavar por acá, pero se acabó casi el agua del pozo y también en el canal, entonces ya no alcanza para la casa, para la vida diaria”.