El material dirigido por Lorenzo Hagerman ya está disponible en cines comerciales y desde este viernes en Cineteca Nacional y salas alternativas.
El retrato de Zaevo, de 16 años, es un recuento de rechazo; nadie la quiere y ni siquiera puede tocar a alguien de su familia porque de inmediato es rechazada.
La razón es que debido a una herida interna, producto de un parto fallido, tiene incontinencia permanente despidiendo con ella un aroma especial, pero el día que unos médicos altruistas llegan a su pueblo, en África, tiene la esperanza de saber qué es lo que tiene y, sobre todo, ser curada.
Zaevo, su relato, su historia, forma parte del documental “Fifaliana”, dirigida por Lorenzo Hagerman.
“Lo que tiene ella es una fístula obstétrica, un síntoma de países que no tienen servicios de salud y en donde una mujer embarazada no tiene acceso a un ultrasonido y consultas durante su proceso”, comenta el realizador.
“La obstrucción causa incontinencia permanente y son expulsadas de su familia, de la sociedad, marginadas, y vienen a escondidas siempre entre mercados para disimular el olor”, añade.
Se estima que en el mundo hay cerca de 3 millones de mujeres con ese padecimiento, en países como Madagascar y Mozambique, donde se rodó el largometraje. Y en donde son doctores que se pagan todo, los que la ayudan.
Una de las capas que tiene la película, dice Hagerman, era retratar lo que significa ser médico.
“Era meterme al interior de esto; todos los médicos que aparecen son de alto nivel, trabajan en los mejores hospitales de donde vienen (como España, Argentina y México) y están ahí por voluntad propia, pagándose sus propios boletos de avión, ocupando sus tiempos de vacaciones para ir a estas misiones médicas.
“Las enfermeras que van en las mismas condiciones, son las que juntan el material médico, pidiendo donativos a hospitales y juntan maletas de material médico para poder hacer la labor”, detalla.
“Fifaliana” tuvo su génesis inició cuando la cuñada de Lorenzo, quien era ginecóloga, falleció durante su primera misión sin causas atribuibles a esta.
“La pregunta que me hago es qué hace mi cuñada y mi hermano en África y bastó rascarle muy poquito para ver el reto humanitario que esto (las misiones) significaba, es difícil darte la vuelta, olvidarlo e ignorarlo. Lo que podía hacer, entonces, era un documental para abrir esto para que occidente voltee a ver lo que sucede, algo que sólo está consciente en pocas personas”, apunta.