Los ataques contra aspirantes a cargos públicos y funcionarios han incrementado durante este periodo de campañas.
Este fin de semana se han contabilizado diversos atentados en Puebla, Yucatán y Chiapas contra aspirantes a cargos públicos y funcionarios, lo que ha propiciado que se incremente la violencia durante este periodo de campañas.
Con los asesinatos de Noé Ramos –candidato panista a la reelección como presidente municipal de Ciudad Mante, en Tamaulipas– y de Alberto García –candidato de Morena a la presidencia municipal de San José Independencia, en Oaxaca–, el proceso electoral 2023-2024 “ha igualado la cifra de aspirantes asesinados del proceso [intermedio] de 2020-2021”, consideradas hasta ahora las elecciones más grandes de la historia, de acuerdo con el recuento que realiza la organización Laboratorio Electoral.
“Destacamos que nuestro conteo inició en junio, coincidiendo con el inicio de los procesos políticos partidistas, así como numerosos procesos de selección de candidaturas a nivel local”, añadió. Se trata de 57 personas asesinadas en el proceso, 49 hombres y 8 mujeres, con corte a la semana pasada. Una treintena de ellos eran candidatos a un puesto de elección popular.
Las cifras revelan una actualidad sangrienta que se perfila para ser inédita en la historia reciente del país. “Este proceso electoral ya superó la cifra de aspirantes a una candidatura, precandidatos o candidatos asesinados en el procesos de 2018”, confirma el segundo reporte preliminar de Laboratorio Electoral.
“De acuerdo con nuestros registros, en 2018 hubo 43 asesinatos relacionados con la violencia electoral, de los cuales 24 fueron de precandidatos o candidatos; en 2021 se dieron 88 asesinatos, de los cuales 30 correspondieron a precandidaturas o candidaturas”, ahondó el documento, presentado a principios de abril.
Así, a falta de un mes para las elecciones del 2 de junio, la tendencia marca que en los próximos días se podría romper el récord, hasta ahora en manos del proceso electoral de hace seis años.
Las entidades con mayor cantidad de casos de violencia asociada a las elecciones son Guerrero, Veracruz y Michoacán. En este último estado y en Guerrero ha habido denuncias por parte de partidos políticos y funcionarios públicos en el sentido de que no hay garantías para participar en procesos electorales locales, subraya el documento.
Hace días, Eduardo Rivera, candidato de la coalición “Mejor Rumbo para Puebla” al Gobierno del estado, denunció que su domicilio fue atacado y acusó un posible “móvil político”.
“Me han informado que la seguridad del lugar donde vivo ha sido vulnerada. He suspendido mi gira en el interior del estado y en este momento estoy regresando a la capital”, dio a conocer a través de las redes sociales.
Aunque ningún integrante de la familia del panista resultó herido durante la agresión, el saldo presuntamente fue de una persona lesionada.
Juan Gómez Morales, quien busca reelegirse como presidente municipal de Benemérito de las Américas por el partido Chiapas Unido, fue atacado el viernes por hombres armados cuando viajaba en un convoy de tres vehículos en un tramo carretero que conduce a La Trinitaria, en la Selva Lacandona.
En la agresión murió el hijo del aspirante, Jimmy Gómez, y Mauro Hernández, candidato a regidor del mismo partido, mientras que tres personas más resultaron lesionadas, confirmó la Fiscalía General del Estado.
Él resultó ileso.
También una caravana de morenistas que realizaban campaña a favor de Manuel Castro, candidato a la presidencia municipal de Chankom, fue atacada por al menos 30 personas en la salida de la comisaría de X-Bohom, lo que dejó un joven muerto.
La coalición “Sigamos Haciendo Historia” acusó de los hechos a un grupo presuntamente relacionado con la Alcaldesa panista Concepción Tamay Noh.