Tanto la prensa como la audiencia señalaron que su show fue considerado como uno de los mejores de la historia del festival.
La cantante neoyorquina, Lady Gaga, regresó al desierto de Colorado con casi dos horas de música, baile, drama y sensualidad en Coachella 2025.
Mezclando dramatismo, teatralidad y precisión quirúrgica, Gaga se adueñó de la primera noche de Coachella 2025 con una presentación que, según la crítica especializada, ya figura entre las más memorables en los 25 años del festival. La artista entregó un show de casi dos horas que funcionó como vitrina conceptual de su más reciente álbum Mayhem y como homenaje a las distintas eras de su carrera.
“The Art of Personal Chaos”, el título de su show, inició con un mensaje pregrabado que abrió la noche, con una Lady Gaga una vestida de rojo y otra de blanco.
Inició el relato que navegó entre lo gótico, lo íntimo, el frenesí y la extravagancia de una estrella que no escatimó en cambios de vestuario y despliegue escénico.
Parris Goebel fue la coreógrafa encargada de dirigir a Gaga, y durante cinco actos llevó a sus fanáticos por diferentes etapas de su carrera; “Act I: Of Velvet and Vice”, “Act II: And She Fell Into a Gothic Dream”, “Act III: The Beautiful Nightmare That Knows Her Name”, “Act IV: To Wake Her Is to Lose Her”, y “Finale: Eternal Aria of the Monster Heart”.
Se pudo observar un tablero de ajedrez gigante durante “Poker Face”, donde Gaga luchaba contra una versión de sí misma que llevaba corona blanca, un atuendo que aludía al video musical de “Bad Romance” del 2009
Para “Perfect Celebrity”, la potente vocalista se sumergió en un pozo de esqueletos, mientras que para “Paparazzi” apareció con muletas metálicas, una referencia directa al videoclip original.
Temas como “Abracadabra”, “Disease”, “Killah” (con participación de Gesaffelstein) y “Vanish Into You”, estuvieron presentes. Sin embargo no pudieron faltar sus clásicos como “Judas”, “Alejandro”, “Born This Way”, “Shallow” y el broche final, una potente versión extendida de “Bad Romance”.
El escenario principal de Coachella se transformó en un teatro de ópera que parecía tanto un castillo medieval como una rave demoníaca, en línea con el concepto del “Mayhem in the Desert”.
Para muchos, este show marcó un nuevo pico en la carrera en vivo de Gaga. Según Rolling Stone, “La narrativa —con la dirección creativa de Parris Goebel— fue transformativa, un espectáculo que ha cimentado el estatus de Lady Gaga como un ícono pop irrepetible”.
El público, conformado por miles de “Little Monsters” y asistentes del festival, se dejó llevar por el hechizo de la intérprete.
Esta es la segunda vez que Gaga es headliner de Coachella. La primera ocurrió en 2017, cuando reemplazó a Beyoncé de último momento. En esa ocasión, contó con solo dos semanas para montar un espectáculo que, aunque impresionante, no tuvo la misma ambición artística que el de este año.
El espectáculo sirvió como antesala perfecta para su próxima gira mundial, The Mayhem Ball, que comenzará tras su segunda presentación en Coachella el 18 de abril. La gira arrancará con fechas múltiples en Las Vegas, y continuará por México, Brasil y Singapur.