-México enfrenta a Taiwán, que llega con récord de 6-1.
Para México, el reloj lleva 27 años detenido, desde que la Liga Linda Vista de Monterrey levantó el último trofeo en 1998. Desde entonces, cada verano ha sido una sucesión de llegadas esperanzadas y regresos silenciosos, un álbum de fotos sin nuevas páginas doradas.
Será este jueves cuando el equipo Swing Perfecto de Chihuahua se asoma a ese escenario más importante en el beisbol infantil para la categoría 11-12 años. Lo hará contra la novena de Tung-Yuan, representante de Taiwán, que llega con récord de 6-1.
Los chihuahuenses arriban con un 7-1 forjado a base de batazos oportunos, guantes firmes y un pitcheo que no tiembla con el marcador cerrado. Ahora tratarán de hacer lo mismo en el legendario estadio Volunteer.
El juego se disputará con un telón de fondo inevitablemente nostálgico. Hace unos días murió Ángel Macías, el único lanzador que ha conseguido un juego perfecto en una final de Serie Mundial de Pequeñas Ligas. Fue en 1957, con la Liga Industrial de Monterrey, y desde entonces su nombre quedó grabado en la mitología del beisbol infantil. Este debut mexicano, de algún modo, también será un homenaje. La historia de Swing Perfecto no es de irrupciones súbitas, sino de construcción.
Bajo el mando de Esteban Gallardo y el respaldo táctico de Fernando Acosta y Gregorio Madrid, el equipo ha afinado un juego de equilibrio: ofensiva que sabe esperar su turno, defensiva que corta rallies antes de que respiren y lanzadores que conocen la diferencia entre tirar strikes y lanzar para ganar. Swing perfecto es una liga infantil de Chihuahua, estado que por primera ocasión estará en Williamsport.
El camino hacia Williamsport incluyó un título nacional regional para términos del torneo, ganado con autoridad: un 4-1 sobre la Liga Matamoros que selló el pasaporte. En el trayecto, enfrentaron y superaron a las mejores novenas del país, un ejercicio de resistencia y precisión que, en retrospectiva, parece una pretemporada diseñada para esta cita.
México no pisa Williamsport para “hacer un buen papel”, esa frase gastada que se repite cada año. Pisan el diamante para reescribir un marcador que lleva demasiado tiempo en contra.
Saben que no todos los días se enfrenta a la oportunidad de borrar 27 años de espera y que, si logran hacerlo, no será solo un título: será un reencuentro con una parte de la historia que parecía dormida.
 
 
 























