SE SUMAN EN MÁS ESTADOS DENUNCIAS DE EXTORSIÓN A LA CATEM EN COMPLICIDAD CON EL CRIMEN ORGANIZADO

Más de 20 asociaciones empresariales y campesinas exponen a CATEM; afirman que usa retenes de alcoholímetro manipulados, amenazas de paros laborales y agresiones físicas, para exigirles pagos de “cuotas” ilegales.

En un México que lucha por la justicia laboral, la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), encabezada por el polémico diputado morenista Pedro Haces Barba, se ha erigido como un símbolo de abuso y extorsión. Lejos de ser un bastión de los derechos de los trabajadores, CATEM opera como una maquinaria de intimidación que asfixia a empresarios, transportistas y productores agrícolas, mientras Haces, un empresario con un pasado turbio, se enriquece a costa del miedo y la impunidad.

En la Comarca Lagunera, un grito colectivo de más de 20 asociaciones empresariales y campesinas ha expuesto el verdadero rostro de CATEM. A través de retenes de alcoholímetro manipulados, amenazas de paros laborales y agresiones físicas, la organización exige “cuotas” ilegales que paralizan la economía local. En Durango y Coahuila, agricultores denuncian cobros de piso que han escalado a niveles insostenibles, acompañados de violencia contra quienes se resisten. Estas prácticas no solo ahuyentan inversiones, sino que destruyen empleos y perpetúan un clima de terror que recuerda más a los cárteles que a un sindicato.

El alcance de CATEM no se limita a La Laguna. En estados como Querétaro, Veracruz y Oaxaca, las denuncias por chantaje, corrupción y despojo de contratos se acumulan. La organización aprovecha la reforma laboral de 2019 para infiltrarse en sectores estratégicos, exigiendo hasta el 4% de los contratos bajo amenaza de bloqueos o huelgas. Pedro Haces, conocido por su historial de acusaciones de robo en 1998 y su vida de lujos como empresario taurino, se presenta como víctima de “campañas negras”, pero las evidencias lo contradicen. Su liderazgo en CATEM, respaldado por conexiones políticas con Morena, le ha permitido evadir la justicia mientras sus operadores, presuntamente ligados al crimen organizado, extienden el reino del miedo.

La respuesta de las autoridades es decepcionante. A pesar de las múltiples denuncias penales en fiscalías estatales, la impunidad prevalece. La presidenta Claudia Sheinbaum se limita a pedir que se presenten quejas formales, ignorando las ya existentes, mientras gobernadores como Esteban Villegas y Manolo Jiménez ofrecen promesas vacías de investigación. En redes sociales, la indignación crece: ciudadanos y líderes de opinión exigen el fin de esta mafia disfrazada de sindicato, que traiciona los principios del verdadero sindicalismo y daña el tejido productivo del país.

Pedro Haces y CATEM no representan a los trabajadores; son una afrenta a ellos. Su modelo de extorsión, basado en la intimidación y la corrupción, debe ser desmantelado. México merece sindicatos que defiendan a los obreros, no que los exploten. Es hora de que las autoridades actúen con firmeza y pongan fin a esta red de abusos que, bajo el manto de Morena, amenaza con normalizar la extorsión como forma de vida.

Transportistas en Durango, Coahuila y otros Estados han denunciado cobros ilegales por parte de la CATEM, incluyendo cuotas por cada metro cuadrado de material transportado, lo que afecta la logística de bienes como materiales de construcción

Productores agrícolas, especialmente en la Comarca Lagunera, reportan extorsiones relacionadas con el control de módulos de riego y cobros ilegales de hasta 20 mil pesos por hectárea, así como la imposición en la venta de pollinaza.

La Unión Ganadera Regional de la Laguna ha señalado a CATEM por prácticas extorsivas que impactan a los ganaderos, afectando su operatividad y costos.

Empresarios de la construcción denuncian que CATEM impone cuotas por obras públicas y privadas, utilizando amenazas de paros o despojo de contratos.

Comerciantes, incluidos pequeños negocios, enfrentan presiones para pagar cuotas a CATEM, lo que afecta su viabilidad económica.

Productores avícolas en la región de La Laguna han reportado extorsiones vinculadas a CATEM, lo que incrementa los costos de producción.

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