-3.6 millones de mexicanos padecen depresión, cerca del 19% reporta una ansiedad severa.
Muchas familias tienen que sufrir en silencio, sea en casa, en la oficina o escuelas; lugares donde el tema de la salud mental está ausente; pues hablar de ansiedad, depresión o soledad aún incómoda, como si las emociones fueran privadas y no una realidad compartida por la humanidad.
El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, convirtiéndose en un recordatorio de que el bienestar emocional no es un lujo, sino un derecho. Advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) que más de mil millones de personas viven con algún problema de salud mental en el mundo.

En México, 3 de cada 10 personas padecen algún trastorno mental como ansiedad y depresión a lo largo de su vida y más del 60% de la población que sufre alguno de ellos no recibe tratamiento. Es decir, más de 3.6 millones de mexicanos padecen depresión, y cerca del 19% reporta una ansiedad severa.
Por ello han urgido a poder abrir espacios de escucha y conversación que reduzcan el estigma y fomenten la prevención.
La depresión y la ansiedad cuestan alrededor de un billón de dólares cada año a nivel global. Más allá del impacto económico, estos trastornos figuran entre las principales causas de discapacidad prolongada.

Y a pesar de los avances en políticas públicas, la inversión en salud mental continúa representando apenas el 2% de los presupuestos sanitarios en promedio, un contraste que se posiciona como una agenda crítica.
En México, esta brecha se refleja en la escasez de especialistas y en la falta de cobertura integral para quienes necesitan atención. El problema se agrava en comunidades rurales, donde el acceso a servicios psicológicos es prácticamente inexistente.
Y es que muchas veces, este silencio que rodea a la salud mental tiene un costo elevado. Muchas personas evitan buscar ayuda por miedo al rechazo o la discriminación. Esto retrasa diagnósticos, limita tratamientos y aumenta la carga emocional y social de las familias.

Insisten en que se debe romper con este círculo, para ello se requiere educación, apertura y empatía. Instituciones, empresas y espacios comunitarios juegan un papel decisivo al impulsar programas de bienestar, talleres de prevención y campañas de sensibilización.
En todo el mundo, los sistemas de salud han comenzado a integrar la atención psicológica en el nivel primario, además de incorporar la telemedicina y programas preventivos en escuelas y centros de trabajo. Estas medidas buscan ampliar el alcance de los servicios y reducir la carga en hospitales psiquiátricos.
En México, iniciativas sociales, deportivas y educativas demuestran que hablar de salud mental de manera cercana puede generar un cambio cultural, ya que cada espacio de diálogo se convierte en una herramienta de prevención y en una oportunidad real de transformar vidas.
 
 
 
















