Por Carlos Alberto Martinez Castillo
Los grandes economistas de la historia, Cantillon, Ricardo, Smith, Marx, Keynes, Stiglitz, Sen y Krugman parten de la ética como principio fundamental de sus tesis. En la práctica, la economía logística que llevará a cabo la próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum, presupone la indisoluble relación entre la ética y la política económica. Con anterioridad es Aristóteles quien comenzó a establecer la relación, moral y economía, pensamiento, retomando por Tomás de Aquino quien habla de las virtudes cardinales: prudencia, justicia, templanza y fortaleza elementales para el ejercicio de gobierno que desplegará la nueva presidenta.
El propio Aristóteles nos enseña que es la prudencia, la que gobierna a las demás virtudes. La prudencia es la principal virtud que los seres humanos estamos obligados a tener en nuestro comportamiento, por tanto, la política económica en el sexenio 2024-2030 debe estar sustentada en lo prudente en el entendido que ello será una señal inequívoca del manejo ético de la política macroeconómica.
Con base en su capacidad, la invitación a permanecer del secretario Rogelio Ramírez de la O y, sus recientes declaraciones, es altamente probable que el manejo de la política económica se sustente en el principio fundamental de lo ético como consecuencia de la prudencia. Lo anterior no únicamente es relevante por el entendido de que recursos públicos son de los contribuyentes, no de los gobernantes.
En adición a las virtudes cardinales, Kant y De Aquino apuntan a la inteligencia, el razonamiento, la memoria, la precaución, la circunspección, la docilidad y sagacidad como elementos centrales incluso virtudes humanas. La inteligencia y razón necesarias precisamente, para poder encauzar el esfuerzo del próximo gobierno con liderazgo para trabajar con la planta productiva y resto de la sociedad hacia el crecimiento económico con un rostro humano. La memoria indispensable para tener presente las graves consecuencias que generaron las crisis económicas del pasado provocadas por malas decisiones de gobierno y dudosas prácticas empresariales.
El equipo económico de Claudia Sheinbaum deberá hacer uso también de la previsión para anticiparse a las consecuencias que pueden provocar el abultado déficit fiscal y el inestable entorno internacional. Igualmente es importante la precaución para evitar males superiores a los que se quiere evitar o bien, que los costos sean mayores que los beneficios sociales.
La circunspección es fundamental para observar el panorama completo y el impacto general de las decisiones de política económica o fomento; lo mismo podemos decir de la docilidad entendida esta no como sucumbir ante intereses fácticos, sino para aceptar la ayuda de los demás, así como el diálogo con todos para llegar a acuerdos y aceptar la asesoría de los que saben en campos específicos.
Finalmente, la sagacidad deberá de ser una virtud de nuestra próxima presidenta, no es temeridad, sino la capacidad de reacción inmediata ante las constantes eventualidades que surgen minuto a minuto en la acción económica. Hasta el momento la Dra. Sheinbaum ha mostrado que tiene las características de personalidad para ejercer la política económica con ética sustentada en las virtudes humanas.