Sus trabajos se realizan en lugares como en minas, sector agropecuario, bares y cantinas, entre otros.
En total hay 3.7 millones de niños, niñas y adolescentes en condición de trabajo infantil, en México la cifra más alta desde 2015, según registros del Inegi.
La Secretaría del Trabajo diseñó un Protocolo de Inspección para prevenir y erradicar el trabajo infantil, el cual se aplica por primera vez este año.
Con este protocolo las visitas de inspección pondrán énfasis en detectar si existen menores realizando labores peligrosas.
En el documento se identifican las peores formas de trabajo infantil, como labores en minas subterráneas, excavaciones, uso de maquinaria y herramientas que requieran características físicas o experiencia para su manejo, contacto con productos, sustancias u objetos tóxicos, combustibles, entre otros.
También ambientes nocivos como centros nocturnos, juegos de azar, salas o sitios de espectáculos no acordes para su edad.
Algunos trabajos también se desarrollan en altamar, alturas, sistemas de generación, transmisión, distribución de energía eléctrica, cámaras de congelación, fundiciones en general y exposición a ruidos.
De acuerdo con la Secretaría existen actividades que pueden clasificarse como delitos, como esclavitud, trabajo forzoso y servidumbre. También explotación sexual y trata de personas, pero son difíciles de detectar.
El objetivo central de la inspección del trabajo es erradicar su existencia, esto a través de su detección oportuna y en su caso, a través de la canalización pertinente con las autoridades relacionadas con la protección y garantía de los derechos fundamentales de las niñas, niños y adolescentes, mencionó la STPS.
La mayoría de las personas en condiciones de trabajo forzoso en México laboran en la agricultura, el empleo doméstico, el cuidado de la infancia, la minería y la manufactura.