Aún no se alcanza a atender a su población objetivo; es decir, todos los niños y adolescentes que habitan en pequeñas comunidades rurales de alta marginación que no pueden acudir a escuelas regulares del sistema educativo nacional.
En México al menos 700 mil menores de 3 a 14 años que residen en localidades rurales de alta marginación no tienen acceso a educación, y otros 600 mil de 0 a 2 años, que viven en más de 30 mil pequeñas localidades, no reciben formación inicial, reconoce el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).
A pesar que hace medio siglo inició la aplicación del programa de cursos comunitarios en educación primaria en México, aún no se alcanza a atender a su población objetivo; es decir, todos los niños y adolescentes que habitan en pequeñas comunidades rurales de alta marginación que no pueden acudir a escuelas regulares del sistema educativo nacional.
Por ello, el programa institucional 2023-2024, publicado el pasado 27 de octubre en el Diario Oficial de la Federación, establece como prioritario avanzar en la aplicación del modelo de Educación Comunitaria para el Bienestar (ECB), a través de la pedagogía multigrado de la relación tutora y del arraigo voluntario de los educado-res comunitarios.
El Conafe destaca que atiende a más de 600 mil niñas, niños y adolescentes que habitan en comunidades de alta y muy alta marginación en todo el territorio nacional, los cuales son educados por 62 mil 495 formadores comunitarios en 2 mil 159 municipios del país.
Se trata, agrega, de jóvenes que no se han formado como maestros, sino que cuentan con estudios de bachillerato o algunos años de educación superior, y quienes sólo reciben un pequeño apoyo económico para cubrir sus necesidades básicas y poder continuar sus estudios.
Ante estos desafíos, el Conafe propone en su programa 2023-2024 fortalecer, entre otros temas, la captación, permanencia y formación de los educadores comunitarios, preferentemente de la localidad.
Destaca que es de alta prioridad, para el Conafe brindar a los educadores comunitarios a su llegada una formación inicial, que les proporcione los elementos necesarios para incorporarse a la práctica educativa comunitaria, así como una formación continua que les permita el desarrollo de otras habilidades para seguir aprendiendo durante toda la vida.